EL PROBLEMA DEL
CONTINUO

“La continuidad pertenece al reino de la conciencia” (Franklin Merrell-Wolff)

“El continuo es una fuente inextinguible de números, pero no consta de puntos sino de partes infinitesimales” (Charles Sanders Peirce)

“A lo largo de los tiempos, los problemas del continuo y del infinito fueron dos cuernos de un solo dilema” (Tobias Dantzig)



El Problema

El problema del continuo es esencialmente el problema de la cardinalidad de los números reales. Hilbert, en el famoso Congreso Internacional de Matemáticos de Paris de 1900, planteó 23 problemas que estaban pendientes de resolver. El primero de ellos era el problema del continuo, al que consideraba como el problema matemático más importante. Hoy día, este problema sigue sin resolver.


La Teoría de Cantor

El teorema sobre los puntos del continuo

Según este teorema, los puntos de una variedad continua de n dimensiones (n > 1) se pueden hacer corresponder de forma biunívoca con los puntos de una variedad continua de una dimensión. Por lo tanto, ambas variedades tienen la misma cardinalidad. Cantor, en una carta a Dedekind el 29 de Junio de 1877 le pedía su opinión y decía “Si no lo veo, no lo creo”.
Una variedad es un objeto geométrico que generaliza la noción intuitiva de curva (1-variedad) y de superficie (2-variedad) a cualquier dimensión.
Por ejemplo, los puntos de un cuadrado se pueden hacer corresponder biunívocamente con los puntos de un segmento. La demostración en este caso es muy simple. Si tenemos un cuadrado de lado 1 con el vértice inferior izquierdo en el origen de coordenadas, un punto interior P tiene de coordenadas (0.a1a2a3..., 0.b1b2b3...). A este punto P le hacemos corresponder el punto Q del segmento base del cuadrado 0.a1b1a2b2a3b3...Y a la inversa, a todo punto Q del segmento base unidad 0.a1b1a2b2a3b3... se le puede hacer corresponder el punto P de coordenadas (0.a1a2a3..., 0.b1b2b3...).

Dedekind intuyó que la aplicación de un cuadrado sobre un segmento era discontinua. En 1910, Brower demostró la conjetura de Dedekind. En 1878, Cantor demostró que los conjuntos Rn y R tienen la misma cardinalidad, es decir, todo espacio euclídeo de dimensión n tiene la misma cardinalidad que el espacio de dimensión 1 (la recta real).


La hipótesis del continuo

Cantor introdujo el concepto de número cardinal para comparar el tamaño de conjuntos infinitos, demostrando en 1874 que el cardinal del conjunto de los números naturales es estrictamente menor al de los números reales. Cantor se preguntó si existen conjuntos infinitos cuya cardinalidad esté incluida estrictamente entre las de ambos conjuntos.

La hipótesis del continuo (HC) establece que no existe ningún conjunto de cardinalidad infinita que esté comprendida estrictamente entre el de los enteros y el de los números reales, es decir, entre ℵ0 y ℵ1 y que c (la cardinalidad del continuo) es ℵ1, es decir, c = 2^ℵ0 = ℵ1,. Cantor creía en esta hipótesis, pero no pudo demostrarla ni refutarla.

En 1940, Gödel demostró que la HC era consistente con ZF (la teoría axiomática de conjuntos de Zermelo-Fraenkel) y con ZFC (ZF incluyendo el axioma de elección).

Paul Cohen demostró en 1963 que ni la hipótesis del continuo (HC) ni el axioma de elección (AE) pueden probarse a partir de los axiomas estándar de la teoría de conjuntos, los axiomas de Zermelo-Fraenkel (ZF). Es decir, estos dos axiomas (HC y AE) no pueden ser ni probados ni refutados a partir de los axiomas ZF. Ambos son indecidibles.
El axioma de elección de la teoría de conjuntos afirma: “En una colección (finita o infinita) de conjuntos no vacíos existe un conjunto que contiene un elemento, y solo uno, de cada conjunto de la colección”.

Este axioma es muy controvertido y no todos los matemáticos lo aceptan. Si se acepta es porque se simplifican las demostraciones matemáticas. En el caso de una colección finita, el axioma es evidente. Si la colección es infinita, es imposible desarrollar un algoritmo capaz de construir un conjunto de elección porque el algoritmo no terminaría nunca. Desde el punto de vista de MENTAL, el conjunto de elección solo podría describirse, no construirse, por ser infinito.
De todas formas, la HC se puede incluir o no como axioma. Hacerlo o no conduce a dos versiones diferentes de la recta real.

La hipótesis del continuo generalizada (HCG) afirma que no existen infinitos intermedios entre ℵn y ℵn+1. Se ha demostrado que la HCG es también independiente de la teoría ZF y que implica el axioma de elección.


Crítica de la Teoría de Cantor y Solución al Problema del Continuo

Sobre el concepto de “continuo”

Existe mucha confusión sobre el concepto de “continuo”. A la luz del principio de causalidad descendente y los dos modos de conciencia, todo se aclara:
Sobre el problema del la cardinalidad del continuo

Planteado ingenuamente, el problema del continuo es: ¿cuantos puntos contiene un segmento de recta? Se trata de un falso problema por las siguientes razones:
Sobre la equipotencia de todos los segmentos

Si tenemos dos segmentos de diferente longitud en el plano, se puede establecer una correspondencia biunívoca entre los puntos de uno y otro segmento. Si las longitudes de los segmentos A y B son a y b, respectivamente, al punto fa de A se le hace corresponder el punto fb de B, donde f es un factor entre 0 y 1. En definitiva todos los segmentos se pueden poner en correspondencia biunívoca con el segmento [0−1].

Pero esto no quiere decir que todos los segmentos tengan la misma cardinalidad por varias razones: 1) los puntos no tienen extensión; 2) los segmentos tienen la cualidad del continuo y no tienen cardinalidad; 3) sus manifestaciones (los puntos) tienen la propiedad común de ser infinitos, pero ser infinito es una cualidad, no una cantidad.


Conclusiones Sorprendentemente, todavía hoy se admite que Cantor tenía razón al distinguir diferentes clases de infinitos.



Adenda

La paradoja Banach-Tarski (1 = 2)

Esta paradoja afirma que es posible coger una esfera sólida, cortarla en un número finito de piezas, reestructurarlas usando solo movimientos rígidos de traslación y rotación, y reensamblarlas en dos copias idénticas a la esfera original, duplicando así el volumen original. Sorprendentemente, no se necesitan nada más que 5 piezas para lograr este resultado. Además, una de estas piezas consta de un solo punto, que es el centro de la esfera. Esta paradoja se explica por lo siguiente: Una versión alternativa de este teorema afirma que es posible coger una esfera del tamaño de un guisante, cortarlo en un número finito de piezas y reensamblarlo para formar una nueva esfera del tamaño del Sol.


Bibliografía